martes, 15 de marzo de 2016

"Mírame como miras al cielo
Como si ya de tanto ser visto, de tan malas formas
Para ti es increíble encontrarle tu propio significado.
Tócame como tocas tus sabanas
Después de llorar desgarrando uno a uno tus instantes de tiempo
Bésame, bésame como siempre
Como la primera y la ultima 
Y así te das cuenta que no todo es tan cotidiano."

viernes, 12 de junio de 2015

Conocernos fue cosa de azar
entre pupilas dormidas y expectantes
entre las horas matutinas y las horas muertas
entre grupos e individuales


Saber de ambos fue cosa de coincidencias
entre la música y el chiste
entre los pensamientos y las criticas
entre lo bueno de ti y lo malo de ambos

"Son las causas y los azares ineludibles que me hicieron ir a parar contigo
de esas cosas que son peligrosas porque se comparte el alma
escondidas de la verdad en uno de sus polos, el tuyo
y despierto y miedoso en cada uno de mis puntos"

Conocerte a ti fue cosa de dejarse llevar
de quererte con tus secretos
y admirar tu manera de ser
pero solo con eso puedo quedarme

Ya sabia el mundo que hay juegos que consumen
ya sabia aquel hombre porque puede morir el soñador
y ya sabia el sol como la marea deja sin color

Después del tango, el bolero y hasta el Blues
recordar es malo cuando se nubla la visa con rabia y con amor
y es que a veces se guardan recuerdos que se gastan de usar

Esas causas y esos azares te los dejo a vos, que tanto sabes jugar con tu suerte




Cuando se enfría el Cafe

Cuando el tiempo deja de pasar como pequeñas fotografías, pequeños sueños pasados, y largos déjá Vu; se sabe con certeza de la naturaleza del fenómeno, se siente en la carne el miedo a perder lentamente eso a lo que antes se era tan familiar y está siempre detrás de la conciencia la sombra de los yo del pasado. Salen con los pretextos de culpas, de alegrías, de dolores, de miedos y hasta de amores, llegan cada martes melancólico, cuando el café ya está frío de tanto perder la vista en la nada y en el todo, cuando el cielo es tan azul como para alegrarse la vida y tan naranjado como para presenciar con vacíos en el cuerpo la despedida del día y la llegada de la noche.

Perderse en el tiempo no es lo grave, lo realmente invasivo es sentirse enfermo por saber la realidad del cambio. Lógicamente cuando las cosas evolucionan deben cambiar, perderse, ganarse, inventarse  hasta que lleguen a ese momento en el que el café se les enfrió de tanto perder la vista en la nada y en el todo, solo para darse cuenta que ese fenómeno de creerse sin identidad es solo el evento en el que se toma conciencia de si se han vivido las vidas queridas, si las muertes ganadas en el transcurso fueron suficientes y si es necesario hacer una nueva elección, ese evento es tan poderoso como desapercibido, muchas veces ignorado y tantas otras tomado tan enserio que se cambia de vida tal cual se cambia de zapatos. Si uno elige su vida debe hacerlo con tiempo casi sin darse cuenta, casi como sin querer pero queriéndolo, con cada pequeña elección, desde comerse primero el postre antes que el plato principal, o de elegir solo lo días con lluvia para usar prendas rojas, porque su color contrasta con el azul grisáceo del clima.

Las elecciones pequeñas nunca serán pequeñas, sus reacciones son tan aleatorias que pueden cambiar el pretexto de las sombras detrás de la conciencia. Pero nunca se puede tener contento a todos, ni siquiera a uno mismo; las elecciones deben hacerse unas veces con las sensaciones del momento y muchas otras con la maratón de pensamientos acerca de sus pros y sus contras; donde solo se llega a la conclusión de que las elecciones, ya sean buenas o malas, solo son parte del juego, un juego donde nadie gana ni pierde, donde solo se obtienen diferentes caminos, unos queridos otros detestados pero a la final siempre permaneciendo con rastros, huellas, retratos, fantasmas,  sombras de lo que realmente se es.

Los caminos, el destino, la suerte, la vida solo son otra manera de decir alma, esencia y ser.

Y es entonces cuando las sombras se disipan, se cansan de ser sombras y nacen nuevamente en los ojos, en las sonrisas y en las lágrimas, en los afanes y en las fatigas; esas sombras que siempre seremos nosotros mismos, serán la única manera de explicar que la felicidad está en tomarse el café frio, pero con la satisfacción de haber elegido para vivir.
Las complicidades con uno mismo no pueden extenderse hasta aquellas partes intocables de la conciencia

Si lo hacen, es porque muy en el fondo el engañado es el que trata de enmascara la realidad, el complejo nudo de existir entre las excusas.

Las vendas se caen cuando las ganas pululan en el mismo sentido